Rowling logra así el efecto combinado de llevar hacia la lectura a un público infantil al que cada vez le atrae más la navegación por Internet y menos el acto de devorar libros; utilizar el señuelo de obra nueva para atraer a un lector más adulto al que le puede parecer de entrada menos tentador el convertirse él mismo en personaje digital; y al mismo tiempo mantener ella misma una cierta relación con Potter sin la esclavitud de tener que escribir una octava entrega.
"Es como seguir relacionándose con un antiguo novio", ha bromeado la autora, que admite la dificultad sentimental que le produjo el dejar de escribir sus aventuras. "He llorado por él lo que no he llorado por ningún hombre", ha dicho más en serio que en broma.
Aunque detrás de toda la operación parece palpitar el objetivo comercial de lanzar la hasta ahora inexistente edición electrónica de los libros de Harry Potter, Rowling ha hecho varias veces hincapié en que el acceso al sitio web y la participación interactiva en Pottermore "es completamentre gratuita y nadie está obligado a comprar nada".
La web empezará a funcionar el 31 de julio y en el primer mes se permitirá el acceso de un máximo de un millón de personas en todo el mundo. Desde el principio habrá diversas versiones lingüísticas, incluida la castellana, y el juego se basará en principio en el primer libro de la serie, Harry Potter y la piedra filosofal. Más adelante se irán incorporando el resto de novelas.
Bastará el nombre, la fecha de nacimiento y un correo electrónico para registrarse. Tras atribuirse un alias, el internauta empezará a navegar por Pottermore moviéndose a través de los personajes y los escenarios de la aventura y tendrá acceso a más de 18.000 palabras escritas por Rowling y nunca publicadas. La mitad son textos que ya estaban escritos con anterioridad, en los que la autora profundiza en la psicología de los personajes. El resto ha sido escrito expresamente para esta ocasión desde que empezó a forjarse el proyecto, hace casi dos años.
Uno de los momentos cumbre llega cuando el participante se somete a las preguntas del Sombrero Mágico para que este escrute su carácter personal y le asigne a uno de los cuatro colegios que conforman Hogwarts: Gryffindor (coraje, valentía, lealtad, cortesía), Hufflepuff (esfuerzo, tolerancia, lealtad, justicia), Ravenclaw (inteligencia, creatividad, aprendizaje y sabiduría) y Slytherin (ambición, astucia, liderazgo, iniciativa y, sobre todo, magia en la sangre).
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